Declaración de 14 gobiernos indígenas de la Amazonía oriental colombiana le hablan al próximo presidente de Colombia

Somos hombres y mujeres de cerca de 50 pueblos indígenas, que desde nuestras territorialidades ancestrales hemos tomado la decisión de organizarse como Gobiernos Indígenas en los departamentos Amazonas, Guainía y Vaupés, a través de los siguientes Consejos Indígenas: 

  • Consejo Indígena del territorio del Río Pirá Paraná 
  • Consejo Indígena del Territorio Mirití Paraná – CITMA- 
  • Consejo Indígena del Medio Río Guainía 
  • Consejo Indígena del Territorio de Yaigojé Apaporis -CITYA-
  • Consejo Indígena del Territorio Unido de los Ríos Isana y Surubí – TIURIS-
  • Consejo del Territorio Indígena del Bajo Río Caquetá Amazonas
  • Consejo Indígena del Territorio del Alto Río Guainía
  • Consejo Indígena del Bajo Río Guainía Curripaco Nheengatú 
  • Consejo Indígena de Unidad, Pensamiento y Sabiduría de la Palabra de Vida para el Cuidado de las Generaciones del Territorio Arica
  • Consejo Indígena del Territorio Indígena del Río Tiquié 
  • Consejo Indígena del Territorio PANI
  • Consejo Indígena Mayor de Tarapacá -CIMTAR 
  • Consejo Indígena Multiétnico del Territorio Ancestral de los Ríos Atabapo e Inírida – CIMTARAI 
  • Consejo de Autoridades Tradicionales Indígenas de Tarapacá Amazonas Territorio UITIBOC – ASOAINTAM 
Fotografía: Erick Morales

 

Cada pueblo recibió unos conocimientos específicos y complementarios para el manejo de lo que llamamos, desde el conocimiento tradicional, la “gran maloca territorio”. A la vez, este gran territorio es un escenario donde se encuentran grandes sistemas territoriales y culturales, entre ellos, el de la Gente de Afinidad de Yuruparí, localizado en la cuenca hidrográfica del río Vaupés y el río Caquetá, y el de la Gente de Afinidad de Tabaco, Coca y Yuca Dulce, ubicado entre el margen sur de la cuenca del río Caquetá y el río Putumayo, sumando un área mayor a 9 millones de hectáreas. Esta unidad cultural de manejo y gobierno territorial ha garantizado la conectividad ecosistémica y la vida entre las grandes cuencas de los ríos Putumayo, Caquetá y río Negro, y, por lo tanto, los beneficios que presta para el resto del país. 

Gobernar la Amazonía con la vitalidad de nuestros sistemas de conocimiento no es algo nuevo. Es el camino que ordenaron nuestros ancestros para poder mantener la integridad física y cultural en toda la región. Por eso aportamos nuestros sistemas de conocimiento y de acción y llamamos a las demás autoridades del Estado colombiano, a la Sociedad Civil, y a todos los ciudadanos colombianos y del mundo a reconocer el papel político y organizativo de los 14 gobiernos indígenas en garantizar la integridad territorial de la Amazonía colombiana y en el mantenimiento de las condiciones que permiten cuidar y sostener el bienestar general de la población de acuerdo a nuestras leyes y Derecho propio. 

En ejercicio de la libre determinación y la autonomía, hemos decidido poner en funcionamiento nuestros territorios indígenas como entidades territoriales, basados en los fundamentos y principios culturales que orientan nuestros sistemas de gobierno, conocimiento y manejo. 

Esta es la única forma en la que podemos proteger, preservar, mantener, conservar, defender los territorios, el conocimiento tradicional, la ley de origen, los sistemas alimentarios y nuestras formas de vida, reduciendo las presiones que amenazan nuestra integridad territorial y nuestra pervivencia cultural. 

Con la puesta en funcionamiento de los territorios indígenas como Entidades Territoriales, también contribuiremos a la vida en el planeta, a través de cuidado de la selva amazónica y aportaremos a resolver la crisis climática que amenaza la existencia de todos. 

Fotografía: Erick Morales

 

Los pueblos amazónicos, en cumplimiento de nuestra ley de origen, hemos protegido cada uno de los rincones de nuestro territorio ancestral y su biodiversidad como sustento de nuestra vida y salud física y espiritual. Hemos logrado la consolidación de la protección de la propiedad colectiva por medio de los resguardos en los años 80. También, al amparo de la Constitución Política de 1991, el Convenio 169 de la OIT y otros instrumentos de derecho internacional, que hemos estudiado y traducido a algunas de nuestras lenguas nativas, hemos consolidado nuestras organizaciones e instituciones propias para participar de manera efectiva en la construcción del Estado diverso y plural.

Posteriormente, con la promulgación del Decreto 1088 de 1993, avanzamos en el ejercicio de la autoridad pública con la figura de Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas – AATIs.

Desde el año 2019, de acuerdo con el pacto constitucional y usando las herramientas del Decreto Ley 632 del 2018, hemos venido desarrollando el conjunto de instrumentos necesarios para la puesta en funcionamiento de los territorios indígenas como Entidades Territoriales, tal como lo establece el artículo 286 de la Constitución Política. En esta forma estamos resolviendo un problema estructural del Estado, por el inaceptable vacío político administrativo existente en cerca de una sexta parte del territorio nacional.

En este proceso no han faltado las dificultades, por ejemplo, obstáculos administrativos que se expresan en la exigencia de requisitos y demoras injustificadas para el registro de los Consejos Indígenas, asunto que requirió la intervención de la Corte Constitucional mediante la sentencia T 072 de 2021. Así mismo, persiste la imposición de una visión de desarrollo fundamentalmente extractiva, que pone en riesgo la integridad de nuestros territorios, sistemas de conocimiento y estructuras políticas. Además, el poco cumplimiento e implementación de los acuerdos para una Paz Estable y Duradera ha incrementado las dinámicas ilegales y la presencia de grupos armados, que afectan nuestro ejercicio de gobierno.

Y, finalmente, lo más grave es la persistente acción del Congreso de la República, el Gobierno Nacional y los gobiernos departamentales en municipalizar nuestros territorios, desconociendo nuestros derechos fundamentales y violando lo acordado en la Constitución Política.

Poner en funcionamiento nuestros territorios es una manera de continuar el proceso de gobierno propio en los territorios, con base en nuestro pensamiento y sistemas de conocimiento, coordinando con otros Territorios Indígenas y otras entidades del Estado, la implementación efectiva de las políticas territoriales que hemos construido.

Fotografía: Erick Morales

 

¿Qué sigue en este proceso? 

Fundamentalmente, lo que sigue es la necesidad de una apertura política y cultural del Estado y la sociedad, la construcción de acuerdos entre culturas para poder hacer realidad la puesta en funcionamiento de nuestros territorios. 

Fortalecer las políticas propias de los territorios para afianzar la autonomía y la libre determinación.

Establecer los mecanismos para la coordinación efectiva entre los territorios indígenas y el resto de la institucionalidad del Estado. 

Reconocer plenamente el lugar de las autoridades tradicionales, en lo ambiental y demás materias de la función pública.

Adecuar la institucionalidad del Estado para hacer real y efectiva la puesta en funcionamiento de los territorios indígenas, con la implementación del Decreto Ley 632 de 2018 y las demás normas que desarrollen este derecho fundamental. 

Fotografía: Erick Morales

 

¿Qué proponemos al próximo Gobierno Nacional? 

Los pueblos indígenas de la Amazonía colombiana hemos cuidado por cientos de años la selva y los bosques. Hemos sido, somos y seremos guardianes de la vida de todos, no solo la de nosotros. La Amazonía representa el 44% del suelo continental del país, es decir, casi la mitad del territorio nacional. Por eso nuestra voz, la de nuestras comunidades y autoridades, no puede ser silenciada otra vez.

Somos el Estado. Tenemos reconocimiento constitucional como autoridades públicas de carácter especial, somos sujetos y actores políticos que constituimos y hacemos parte del Estado colombiano.

Las intervenciones externas que hemos sufrido en la Amazonía colombiana como pueblos originarios, exigen con carácter urgente acuerdos interculturales que nos permitan a los gobiernos indígenas hacer ejercicio pleno de nuestra autonomía y libre determinación, para gobernarnos política y administrativamente, bajo nuestros propios principios y fundamentos culturales, sustentados en nuestros sistemas de conocimientos. Para ello, estamos trabajando en la puesta en funcionamiento de las Entidades Territoriales Indígenas.

Es responsabilidad del gobierno colombiano garantizar y apoyar nuestra iniciativa de gobernarnos. Todas las decisiones concernientes a la Amazonía deben ser tomadas respetando que somos un Estado intercultural. Es necesario que pasemos de los reconocimientos formales de derechos, a su garantía y materialización efectiva.

Por ello, es necesario que la institucionalidad estatal se adecúe en lo orgánico y lo fiscal para coordinarse de manera efectiva con los gobiernos indígenas, protegiendo la diversidad cultural de la nación y realizando los fines constitucionales.

La puesta en funcionamiento de los territorios indígenas como entidades territoriales es una condición fundamental para la paz.

El nuevo gobierno debe comprometerse con la construcción de los acuerdos interculturales con los gobiernos indígenas, haciendo de estos un pilar en el Plan Nacional de Desarrollo, asegurando que los territorios indígenas amazónicos surjamos y nos consolidemos plenamente en nuestra condición de entidades.

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